Similitudes entre el cómic y la ilustración | Ilustradora Madrid Dibujante Freelance | Estefanía Córdoba
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Similitudes entre el cómic y la ilustración

Similitudes entre el cómic y la ilustración

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Se ha dicho que, en cuanto a técnicas de dibujo, ilustración y cómic pueden ser considerados un solo lenguaje, y también que al inicio de su historia, en todos sus aspectos, el cómic era prácticamente similar a la ilustración. Pero las semejanzas acaban aquí: en cuanto al encuadre, a la preferencia por las técnicas, al dinamismo, a la sinteticidad de la representación, la imagen del cómic se ha diferenciado progresivamente de la imagen de la ilustración.

Este post está dedicado sustancialmente al dibujo. Sin embargo, para darse cuenta de la complejidad de las relaciones que existen entre los dibujantes de cómic y los ilustradores es necesario hacer una pequeña excursión fuera de este campo y aludir a temáticas que serán tratadas con amplitud más adelante. Nuestro discurso sobre las interacciones entre los lenguajes precisa de algunos ejemplos de adecuación del lenguaje del cómic al de la ilustración, y rebasa los discursos sobre las técnicas. Las técnicas son, en efecto, aquello que los dos lenguajes tienen siempre en común, mientras que podemos vislumbrar precisamente la adecuación cuando vemos aparecer en el interior de un lenguaje formas características que pertenecen a algún otro lenguaje.

He aquí, pues, tres ejemplos muy diferentes de recuperaciones, dentro del cómic, de modos de representar características de la ilustración:

La técnica de Burne Hogarth

El primer ejemplo se debe a la mano de Burne Hogarth, dibujante de Tarzán de 1937 a 1950, y luego nuevamente en 1972 para un episodio especial, del que ha sido recogida en la viñeta superior. El estilo de Hogarth, a pesar de la extremada dinamicidad, característica del cómic, es muy ilustrativo en cuanto a encuadres, ambientación de las imágenes, relación figuras-fondo, expresiones de los personajes y, lo más importante, relación imagen-texto.
Los encuadres son siempre de figura entera o plano general, bien centrados; están ausentes, o casi, los primeros planos y las viñetas de paso sin fondo. El texto escrito en forma de narración (no hay diálogos) tiene una importancia determinante, del que las imágenes representan claramente sólo un comentario, aunque sea importante. Lo prueba el hecho de que si leyéramos el texto sin mirar las imágenes comprenderíamos igualmente lo que está sucediendo, mientras que tendríamos muchas dificultades para entenderlo a partir de las imágenes sin el texto. Este dominio del texto narrativo determina un efecto de ilustración: el efecto es una consecuencia. Cada imagen es oportunamente elegida para ilustrar de la mejor manera posible el texto que acompaña. Y, por tanto, he aquí los encuadres descriptivos, la ambientación expresiva de las imágenes, como barroco comentario, la ausencia de viñetas de fondo, características de las situaciones de lectura rápida y dinámica del cómic, pero inútiles en presencia de un texto escrito con una función primordial; he aquí las expresiones de cómic de los personajes y, en suma, este efecto global de recuperación de la ilustración.

¿Por qué realiza Hogart esta operación? Bien, en su caso hay razones personales: enamorado (y se ve) del dibujo de Miguel Angel, el ideal de Hogarth es clásico, monumental, no puede reducirse a la episodicidad y a la rapidez de la lectura gráfica de los cómics. Y así crea este extraño híbrido, a la vez cómic e historieta ilustrada, que le permite crear composiciones dinámicas usando un estilo muy clásico.

La técnica de Segrelles

Es diferente el caso de Vicente Segrelles, un dibujante catalán clásico. Las historietas de Segrelles son verdaderas historias en cómic, con diálogos, acción, y el texto narrativo casi ausente. La recuperación de la ilustración en Segrelles se basa en la utilización de la técnica. Sus imágenes en fondo, de gran realismo mimético, resultan inmóviles y teatrales, precisamente por su perfección pictórica, incluso cuando quieren describir escenas de acción truculenta. Son, paradójicamente, verdaderas ilustraciones de situaciones de cómic. Y si remiten a la ilustración, remiten, también, a cierta pintura romántica, a lo Hayez, para entendernos.

La técnica de Tardi

Por ultimo Tardi, clásico francés. A diferencia de los otros dos casos, en los cuales la elección ilustrativa era para los autores una elección poética general, dentro de una producción con las características del tipo descrito, en el caso de Tardi se trata, por decirlo así, de una referencia. La historia de la que se recoge esta imagen, está totalmente inspirada en estilos, mitos y prejuicios del período en que está ambientada, el inicio de nuestro siglo (o la época finisecular del xix).
Las imágenes de las viñetas, que cuentan la historia, también están inspiradas en estos estilos. De tal modo Tardi nos propone una inmersión total en aquella época: todo lo que vemos y leemos es fin de siècle, incluido el modo de representarlo.

Nuestra imagen rescata, pues, el estilo de las ilustraciones que aparecían en los periódicos ilustrados de la época. También en el modo en que está entintada finge ser un retrato, ya sea litografía o zincografía. El rescate de los modos, de los estilos de la ilustración, más aún, aquí, de una ilustración característica, es utilizado para contar. Es como si continuamente se repitiera cuál era entonces la moda, las costumbres y el tipo de vida…

 

 

 

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