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Da igual que seas un profesional o un particular. A la hora de encargar una ilustración hay que tener muy claro lo que se necesita para optimizar el tiempo y transmitir mejor la idea al ilustrador.

 

El mundo de la ilustración es muy desconocido para todo aquél que no se dedica a ello, salvo los profesionales de la edición, por eso antes de nada es necesario tener una información muy clara.

 

Los 3 consejos principales a tener en cuenta son los siguientes:

 

1. El estilo de dibujo.

No es lo mismo ilustrar humor, para adolescentes, temas serios como la medicina o para niños. Hay que tener muy claro lo que se desea transmitir. Antes de realizar un encargo es preciso documentarse sobre los diferentes estilos que existen, encontrar el que más se acerca a la idea que se quiere transmitir, y así buscar un ilustrador que tenga un estilo similar o pueda desarrollar uno parecido.

 

2. El formato.

También muy importante.  Si la ilustración se necesita para imprimir tiene que tener una resolución de 300 píxels por pulgada como mínimo al tamaño específico y en cuatricromía; si la impresión va a ser en 4 colores o en blanco y negro o en 2 o 3 colores  la ilustración se encargará en esos colores.

Si es para web, la ilustración tiene que estar optimizada en formato jpg y comprimida lo suficiente para que pese poco sin perder la calidad. Si se necesita silueteada, es decir sin fondo, el formato será en png.

 

3. La descripción.

Una descripción detallada de los elementos que van a componer la ilustración, así como los elementos a resaltar y los que quedan en segundo plano, han de adjuntarse. También es necesario adjuntar el texto que se va a ilustrar y un timming con el plazo de entrega.

 

Una vez que se facilitan todos los datos al ilustrador, normalmente se le solicitará un boceto, un dibujo esquemático, antes de la ejecución de la ilustración y del visto bueno.