Barclay Shaw. Encuentros en la tercera fase.
En tan sólo tres años, el americano Barclay Shaw consiguió situarse en la cabeza de los ilustradores fantásticos de Nueva York. Tres años consecutivos —1983, 1984 y 1985— fue nominado para el «Hugo», el premio para el mejor artista de ciencia ficción. En la relación de sus clientes figuraron todas las editoriales importantes del género, y no tan sólo del sector del libro, sino también de las revistas.
Después de haber estudiado filosofía de las religiones, Shaw, que nació el 1949 en Bronxville, Nueva York, se dedicó unos años a la escultura, antes de trasladarse a Colorado, en el año 1975. «Allí trabajé como «freelance«; diseñador, carpintero, lavaplatos —todo lo que se me ofrecía», es lo que recuerda de aquella movida época. Al poco tiempo de su regreso a la costa Este, Shaw trabajó una breve temporada como ebanista, antes de inscribirse en la conocida School of Art & Design de Nueva Inglaterra.
Al mismo tiempo, el multifacético artista se ganaba la vida en una agencia de publicidad, en donde gracias a su talento y a su capacidad se sintió atraído por la técnica del aerógrafo. Cuando la agencia necesitó a alguien para crear los títulos ilustrados para la película «Encuentros en la tercera fase», Barcklay Shaw resultó ser el hombre adecuado para el trabajo adecuado. Posteriormente hizo varias portadas para el «Magazine of Fantasy and Science Fiction», y finalmente se convenció de que si quería conseguir un éxito real como ilustrador— tenía que trasladarse a Nueva York, el centro americano del mundo editorial.
Shaw no tuvo que arrepentirse de esta decisión. En Nueva York le «descubrió» el autor internacional Harlan Ellison, quien estaba tan cautivado por los trabajos del artista, que pidió a la editorial que, en el futuro hiciera que las cubiertas de sus libros fueran ilustradas por Barclay Shaw. La estrecha colaboración entre el autor y el ilustrador resultó extraordinariamente ventajosa para ambos. El estilo de Shaw con una mezcla de fantasía y realismo, tal como pudo realizar en las 18 portadas para Harlan Ellision, demostró ser una buena base para la carrera del artista.
En los ejemplos, Shaw no solo cuenta con ilustradores de su época como Rowena Morril y Michael Whelan, sino también con maestros de pasados siglos como Jerónimo Bosch, Leonardo da Vinci y los prerrafaelistas.