Don Maitz, el Artista Fantástico
«Para mí, ser ilustrador fantástico significa el poder dar libre representación a una de las muchas fuerzas del realismo que me mueve. Quiero divertir con mis dibujos a través de un agotamiento ilimitado de todas las fantasías, sueños y posibilidades. Cuando se ilustra la portada de un libro, naturalmente uno debe basarse en lo que el autor quiere expresar con su historia. Sin embargo, quiero que todo aquel que toma el libro en sus manos, no sólo tenga una idea del contenido del libro, sino también que le divierta mi ilustración».
El americano Don Maitz nació en 1953, en Bristol/ Connecticut, y terminados los años escolares fue a la Paier School of Art, terminando en 1975 como el mejor de su grupo. «Cuando empecé a dedicarme al arte, me pregunté en qué campo me podría divertir más: ¿Pintor de retratos, paisajes, bodegones o cuadros abstractos? ¿Debía pintar impresionista, realista o surrealista? No tardé en darme cuenta que no podía atarme en ninguno de estos campos, y que debería encontrar una actividad que me diese toda la libertad». Así es cómo Don Maitz llegó a la ilustración fantástica. Su entrega y su inusual fuerza imaginativa le facilitaron el destacar entre la competencia de este sector. Al poco tiempo ya se había creado un nombre como ilustrador de portadas, lo cual no sólo le otorgó la medalla de plata de la Society of Illustrators, sino también el «Howard», el premio de la World Fantasy Convention para el mejor creador de fantasía del año. Hasta ahora ha sido fiel a sus propósitos de no atarse ni en contenido ni en estilo, a pesar de lo cual cada una de sus representaciones tiene el sello inconfundible del artista. La calidad de sus originales hace que exista una gran demanda por parte de galerías y museos que quieren exponer sus cuadros. Hace tiempo que el arte fantástico de Don Maitz también se conoce y admira más allá de las fronteras de los Estados Unidos.