Rodney Mattheus
Con frecuencia, lo que tenemos cerca es lo que nos parece más extraordinario. Un viejo pedazo de madera, observado de cerca, se nos aparece de repente como una enorme y escabrosa cordillera, una hoja —con un poco de fantasía— es como una espantosa ala de un dragón antediluviano.
También las estrafalarias ilustraciones de Rodney Matthews están llenas de estas cosas «plenamente cotidianas», que el artista con ayuda del dibujo, de la especial disposición o de la elección subjetiva de los colores, convierte en sus fantásticas ilustraciones que impresionan a todos, aquí y ahora.
«Algunas personas creen que hallo los temas de mis ilustraciones en mis sueños, o que me dejo influir por drogas. Pero esto no es verdad. Difícilmente recuerdo lo que sueño, y lo que necesito para poder trabajar es tener una cabeza bien clara. La mayor parte de veces se trata de formas naturales, que dejo que me inspiren, y poco a poco me he formado un verdadero archivo fotográfico de todo aquello que creo que pueda serme alguna vez de interés».
Con un poco de trabajo en muchas representaciones puede reconocerse lo que puede haber servido de modelo a Matthews. Ello no menoscaba en modo alguno el especial encanto de estas imágenes.
El espectro temático del dibujante va desde la fría ciencia ficción, a través de perspectivas de paisajes de otros mundos, hasta el cuño fantástico de los relatos de Tolkien. Y, a pesar de ello, todas estas ilustraciones poseen una expresión común, que documenta la individualidad del arte de Rodney Matthews.
Matthews, nacido en el Sudoeste de Inglaterra en 1945, procede de una familia donde la actividad artística no era extraña. El entorno campestre de su casa paterna dio muchas posibilidades para que el joven estudiara la naturaleza en todas sus expresiones, mientra que lo que más le interesaba en la escuela eran aquellas actividades que le permitían ser creativamente activo.
Una vez terminada la escuela, Matthews decidió visitar el Art College de Bristol. Una agencia de publicidad proporcionó al ambicioso artista la necesaria práctica, y también una primera oportunidad de ganarse el pan, pero la calidad de sus trabajos pronto le puso en contacto con diversas editoriales para las cuales pudo crear ilustraciones y portadas.
También realizó varias cubiertas para discos, así como una gran cantidad de diseños de escrituras y anagramas. Fue precisamente en los seres fabulosos y escrituras futuristas que dominaban en los anagramas donde Matthews puso de manifiesto su capacidad para dar forma a los detalles más elementales. Estos trabajos consiguieron reconocimiento y alabanzas no sólo en Gran Bretaña, sino en toda Europa.
«Cuando se observan los trabajos hechos por Rodney en los últimos años», dice Michael Moorcock, el conocido autor de ciencia ficción, que pose una serie de portadas de Matthews, «uno queda realmente asombrado de la cantidad de variedad de estas ilustraciones. Sé que actualmente estos dibujos ya son codiciados por los coleccionistas de arte, pero pienso que las aptitudes y también el grado de conocimiento de este artista aún aumentarán más en los años venideros».