Michael Whelan
De entre los jóvenes ilustradores fantásticos americanos, tal vez el que tuvo mayor éxito de todos sea Michael Whelan, nacido en Culver City, California, el año 1950. Su padre era técnico de aviación —una profesión que exigía que la familia se trasladara continuamente entre California y Colorado.
Evidentemente, Michael heredó de su padre el entusiasmo por los adelantos en los viajes aéreos y espaciales, y desde muy pequeño ya construía en el garaje «naves espaciales» de madera con las cuales quería volar a Marte.
Al terminar su edad escolar, se inscribió en la San José State University, matriculándose en las especialidades de biología y arte. Para poder financiarse los estudios, entre otros trabajos Michael Whelan construyó modelos anatómicos para la universidad, con lo cual el peso específico de los estudios cada vez se inclinaba más hacia al arte.
En 1974 cambió al Art Center College de Los Angeles. No obstante, bastaron unos pocos meses para que sus profesores se dieran cuenta de que apenas podían enseñarle algo que él no dominara ya. Así pues, dejó la escuela y buscó posibilidades que le permitieran cambiar su talento por dinero contante y sonante.
Michael Whelan no tuvo que esperar mucho. El mismo año recibió su primer encargo, la ilustración de una portada para DAW Books, una editorial de Nueva York. Se cerraron encargos de otras editoriales y pudo presentar originales suyos en exposiciones de galerías, con ampliaciones de sus cubiertas.
El joven y talentudo ilustrador californiano se convirtió en poco tiempo en una verdadera celebridad. Entre los muchos premios que Whelan ha obtenido por sus trabajos, también figuran los dos más codiciados: el «Hugo», premio destinado al más famoso artista de ciencia ficción, y el «Howard», su compañero para el ámbito de la fantasía.
Los trabajos de Whelan brillan por un imaginativo refinamiento tanto desde el punto de vista técnico como de contenido. La representación del espacio en sus fantásticas imágenes recuerdan al célebre «Sfumato» de las composiciones de Leonardo da Vinci —con tanta concreción y penetración logra plasmar el artista el clima y el efecto de profundidad en el lienzo.
Los motivos de las ilustraciones no es raro que sean fabulosos proporcionan un tipo intermedio entre los modelos de aventuras sencillas y los requisitos de la alta fantasía. Entre los aficionados al arte fantástico, los dibujos de Michael Whelan se cuentan entre los objetos más solicitados.