Jacques-Laurent Agasse y Josef Albers
Pictóricamente no tienen nada que ver Agasse con Albers. Solo que figuran en los primeros puestos (por orden alfabético) de los artistas pictóricos más representativos de la historia.
Los he unido aquí porque con este post, empiezo a crear una guía de artistas para ilustradores. Sí. Los ilustradores nos inspiramos en los artistas pictóricos. Con esta guía haré un compendio completo, que no solo podrá servirme a mí de inspiración, sino también a otros ilustradores de Madrid y de todo el mundo.
Jacques-Laurent Agasse
La jirafa nubia. 1827.
Una jirafa inclina su largo y esbelto cuello para llegar al recipiente que sostienen sus cuidadores árabes. Al fondo pueden verse dos vacas egipcias. El desarrollo de las comunicaciones permitió a los comerciantes de comienzos del siglo XIX viajar a tierras cada vez más lejanas y regresar con mercancías cada vez más exóticas. Las jirafas, los leones y los leopardos eran vendidos a ricos hacendados, y Agasse, que era famoso por su capacidad para plasmar el detalle, recibía a mentido el encargo de pintarlos. El rey Jorge IV de Inglaterra le pagó 200 libras por un «cuadro de la jirafa y los cuidadores». El caballero tocado con chistera es Edward Cross, sin conocido importador de aves y animales para la familia real. Nacido en Suiza. Agasse vivió en Inglaterra a partir de 1800, y en ese país alcanzó un notable éxito pintando escenas deportivas y animales exóticos. También pintó algunos retratos ecuestres de aristócratas.
Josef Albers
Homenaje al cuadrado. 1964.
Cuatro cuadrados de tonos amarillentos se superponen. A pesar de la rigidez del formato, flotan libremente, creando una ilusión óptica de otra dimensión. Cada superficie ha sido pintada de un solo color. La pintura se ha aplicado con espátula, directamente del tubo. La serie de pinturas más famosa de Albers, a la que pertenece esta obra, presenta cuadrados creados a partir del color puro. La ilusión óptica creada en este cuadro permite relacionarlo con el movimiento op-art. Pero la manera de aplicar la pintura y el uso del color, lo vinculan con el movimiento de la abstracción pospictótica. Albers estudió en la famosa escuela de la Bauhaus entre 1920 y 1923, y en 1923 se incorporó al profesorado. Holandés de nacimiento, Albers se trasladó ea 1933 a los EEUU, donde impartió clases a muchos artistas consagrados en el Black Mountain College y en la Universidad de Yale. En 1963 se publicó su influyente libro La interacción del color, en el cual explora la percepción del color, que fue un motivo dominante durante toda su vida.
Homenaje al cuadrado, 1964. Óleo sobre tabla, 76,2 x 76,2 cm. Tate Galiory, Londres.