Carl Lundgren y el Arte Fantástico
«Tan pronto pinto un cuadro, ya quisiera que retara al observador, que ejerciera un efecto sobre él. Unicamente tendrá éxito una representación que consiga esto».
Cuando Carl Lundgren habla de éxito, sabe perfectamente de lo que está hablando. En unos pocos años, el artista ha conseguido prácticamente un puesto entre los mejores ilustradores fantásticos americanos. De momento, la coronación de su carrera se le hizo en 1982, cuando se le concedió el «Hugo», por el «mejor artista de ciencia ficción del año».
Entretanto, los trabajos de Lundgren han sido expuestos en galerías y museos, pero no sólo de los Estados Unidos, sino también de Europa. Los coleccionistas privados de arte se consideran felices cuando pueden tener en su colección uno de los originales de sus fantásticas ilustraciones. Carl Lundgren se siente compensado por la constancia con que ha sido seguido su trabajo.
El artista nació en Detroit el año 1947. Cuando ahora dice que antes de sus diecisiete años jamás había tenido un pincel entre sus manos, apenas se le puede creer. Sin embargo, el desarrollo de Carl Lundgren tuvo lugar igual que muchas otras personas interesadas por la creatividad: Hacía de músico en clubs, intentó ser director de cine, probó esto y aquello.
Tan sólo cuando terminó la escuela tuvo claro que quería ser ilustrador. Después de unos breves estudios en el Art Center de Hollywood y un curso a dist en el «Famous Artists» el aspirante a artista tuvo claro que tenía que formarse continuamente p mismo si quería alcanzar el objetivo propuesto. 1 gren no se dejó amedrentar por ello.
La de finales de la década de los sesenta fue una de transición, incluso en el sector artístico. Junto advenedizos se produjo un contramovimiento de notorios jóvenes que en sus trabajos buscaban nuevas formas de expresión. Lundgren también dibujaba cómics y posters para la prensa «alternativa». Vivió en California y en el Medio Oeste hasta que consiguió tener una carpeta con sus trabajos, para poder llevarlos a las grande editoriales de Nueva York.
Los primeros años en Nueva York fueron duros sin embargo, luego cada vez se prestaba más atención al hombre de Detroit, el cual cada vez más se dedicaba género donde encontró sus preferencias: el fantástico. El dominio de las distintas técnicas de pintura hacen que hoy Lundgren esté en condiciones de crear un amplio espectro de temas fantásticos.
«El arte fantástico requiere un extremado realismo, dice de sus cuadros. «Cuanto más realista sea un dibujo tanto mejor —aunque el contenido no sea tan fantástico». Por ello, Carl Lundgren se encuentra en el mejor camino para poder seguir a sus grandes ejemplos, a los ilustradores Norman Rockwell y Frank Frazetta.