Los Estereotipos del Cómic #5 T-Z | Ilustradora Madrid Dibujante Freelance | Estefanía Córdoba
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Dibujante freelance

Los Estereotipos del Cómic #5 T-Z

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Estereotipo de Cómic “Tarta

La tarta casera constituye una apreciada golosina que ha adquirido carta de naturaleza en muchos comics humorísticos. Según una convención icónica muy estable, se la representa con un borde ondulado y generalmente todavía humeante. La antigua costumbre de poner a enfriar las tartas recién cocidas en la ventana de las casas ha generado una familia de situaciones, de las que acaso la más habitual es la del robo de la apetitosa tarta imprudentemente exhibida en la ventana.

La vaca Clarabella acabando de cocinar una tarta en la serie Mickey Mouse. 1934 © Walt Disney Prod.

 

Estereotipo de Cómic “Terror

Las situaciones de terror menudean en los comics, en el interior de viejos caserones o de tétricas mansiones abandonadas, que proceden de la tradición de la literatura gótica y de la imaginería del género. El sujeto que es víctima de una situación terrorífica suele manifestarlo icónicamente con sus pelos erizados, reacción refleja y natural, aunque aparezca extremadamente exagerada en el dibujo humorístico en función de elocuente sensograma, que plasma así gráficamente la expresión coloquial poner los pelos de punta.

Caserón con fondo de tormenta eléctrica, lo que acrecienta la sensación de peligro, en Blake et Mortimer, de Edgar P. Jacobs. © Editions du Lombard.

Pelos de punta, líneas de irradiación emocional y un snif (del verbo inglés to sniff resollar, sorber por la nariz) en Modeste et Pompon, de Dupont. © Editions Dargaud.

 

Estereotipo de Cómic “Trotamundos

Los personajes más nómadas de los comics son los trotamundos y los vagabundos, dos categorías que no deben empero confundirse. El trotamundos es el aventurero sin raíces, el explorador, el desertor del orden doméstico estable. Esta condición nómada del trotamundos se expresa inequívocamente con el palo al hombro del sujeto, de cuyo extremo pende un escueto hatillo hecho con una tela con topos o lunares, en el que se supone se guardan sus imprescindibles pertenencias. Este atributo derrivó del morral colgado del hombro o de un bastón que en la pintura tradicional caracterizaba al peregrino. Tanto los seres humanos como los animales antropomorfos y parlantes comparten esta rígida e inexorable caracterización.

El nomadismo de Condorito (1971), obra de Pepo.

 

Estereotipo de Cómic “Vagabundo

El vagabundo se distingue del trotamundos, entre otros rasgos, por su aspecto físico deteriorado, a menudo con barbas mal afeitadas y ropas raídas. Comparte a veces con el trotamundos el famoso palo al hombro con el hatillo en su extremo.

Un vagabundo de corte realista en Superboy (1984), de Kurt Schaffenberger. © National Periodical Publications.

 

Estereotipo de Cómic “Villano

El antagonista del héroe es una encarnación del mal y por ello, siguiendo un tradicional tropo metonímico, su físico repugnante es una traducción visible de sus cualidades morales. Al igual que se dice de alguien que no tiene corazón, tiene mala sangre, o no tiene entrañas, también el físico de los villanos obedece a idéntico principio simbólico, que hace que su rostro sea espejo del alma. Con mayor o menor estilización o fantasía, los villanos llevan su maldad inscrita en su rostro, lo que les hace fácilmente identificables y acentúa su contraste con el héroe.

El tiránico emperador Ming de Flash Gordon (1940), de nombre y rasgos con connotaciones orientales en la época del peligro amarillo, obra de Alex Raymond. © King Features Syndicate.

 

Estereotipo de Cómic “Volutas de humo

La condición del fumador ostentoso y satisfecho o del empedernido se manifiesta en los comics mediante su producción de impecables volutas de humo, prueba de su vanidad y/o de su práctica persistente del vicio de fumar.

Buster Brown y su bull-dog Tige admiran una perfecta secuencia de volutas de fumador, en la obra de R. F. Outcault (1903).

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